La voz de la experiencia: Lo barato sale caro…

Después de largas búsquedas en internet que incluían cientos de análisis sobre cómo protegerme contra rayos y sobretensiones, descubrí que existían muchos mitos. Por ejemplo: los dispositivos de protección contra rayos son solamente para la industria.

Entonces preferí emprender la búsqueda de un experto en la materia, para recibir asesoría sobre el tema.

En muchas ocasiones, indagué páginas de fabricantes de descargadores en diferentes continentes: americano, europeo e incluso asiático.

Curiosamente observaba que a pesar de existir similitudes en sus características técnicas el precio variaba exorbitantemente.

Por eso, mi primera pregunta fue:

Si son parecidos técnicamente, ¿por qué unos son más caros que otros?

Por principio y conocimiento del mercado, descartaba los fabricados en Asia, ya que la calidad de construcción y fabricación no era la mejor. Además su funcionamiento era de dudoso proceder.

No obstante, analizando costos miraba que la puja por mi elección seguía entre europeos y americanos. Entonces, comparaba: precios, funcionamiento y características técnicas de instalación.

En este punto es cuando decido buscar un especialista en el tema, preferiblemente en experto en supresores.

Afortunadamente acerté al encontrar la persona indicada, sin dar rodeos le pregunté directamente:

¿Por qué un DPS es tan costoso?

Anteriormente me había demostrado su habilidad y amplio conocimiento en el tema, pero más aún me dejo sorprendido su respuesta, la cual puedo resumir así:

Un descargador es costoso no esencialmente por donde lo hayan fabricado, su valor se incrementa porque deben cumplir ciertas pruebas técnicas simulando un evento real. Ahí depende el fracaso o éxito del dispositivo. A raíz de estas pruebas se deben expedir unos certificados avalando el correcto funcionamiento del dispositivo. Por ende, brindan mayor seguridad y confiabilidad a la hora de comprar, teniendo en cuenta que, de cierta forma, de esto dependerá proteger y blindar su hogar.

Adicionalmente, es vital saber que en nuestro país nos regimos por las normas Colombiana NTC, las cuales usaron como referente las normas internacionales (IEC). Sin embargo muchos fabricantes, incluso europeos, no cumplen con ellas: no son rigurosos en sus protocolos de pruebas y venden los equipos aun teniendo conocimiento que no están diseñados para eso. Por ejemplo, pueden decirte que soportan más corriente, pero realmente no es así. Todo esto pese a saber que en Colombia se exigen los certificados de prueba en conformidad con IEC 61643-11.

Procesando toda esta información, decidí seleccionar un equipo que cumpla con todas las especificaciones y sobre todo, las certificaciones necesarias para de esta manera dormir y vivir más tranquilo cuando haya una tormenta.

Recuerda:

¡Lo barato, sale caro!

Por eso, mejor asesórate con la persona adecuada.

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